Tratamiento no quirúrgico de la artrosis

La artrosis es una enfermedad degenerativa para la que no hay cura en la actualidad. Sin embargo, existen tratamientos que permiten frenar el deterioro del cartílago o incluso prevenirlo, con el objetivo de paliar los síntomas y cronificar la patología, manteniendo un nivel de actividad física y una calidad de vida satisfactorios. Esto hace que sea importante hacer énfasis tanto en la prevención como en el diagnóstico precoz, ya que ambas son piezas fundamentales a la hora de enfrentarse con éxito a la artrosis.


Mejor prevenir que curar

En la mayoría de los casos, la artrosis es causada por un cúmulo de factores que favorecen la aparición de signos de desgaste en determinadas zonas del cartílago articular como son: la predisposición genética, el sobrepeso, la edad,  el alto impacto repetitivo, un eje anormal de la pierna, actividad laboral y actividad física.

En primer lugar, recientes estudios escandinavos demuestran que existen diferentes tipos de cartílago en términos de calidad (cartilotipos) y su expresión depende de factores genéticos. Lo ideal sería que aquellos pacientes con predisposición genética a padecer artrosis, acudieran de forma periódica a revisión, para poder plantear un tratamiento preventivo individualizado que se ajuste al estilo de vida de cada uno.

De manera general, es importante un control del peso que lleve a un índice de masa corporal saludable para que el nivel de carga que soporte la articulación sea óptimo. Además, hacer ejercicio de impacto moderado de manera regular y llevar una dieta variada y equilibrada contribuyen enormemente a la salud del cartílago.

Por último, a veces es muy útil realizar un estudio de pisada y comprobar que la pisada sea normal. En caso de tener una patología dinámica del pie, esto puede afectar al reaprto de cargas e impactos en la rodilla enferma. Esto requiere ser corregido para equilibrar los puntos de impacto sobre el cartílago articular.


Terapias biológicas

A día de hoy existen terapias ortobiológicas que se aplican una vez iniciado el proceso atrósico, con el objetivo de disminuir el dolor y ralentizar el curso de la degeneración. Este tipo de tratamientos consisten en la estimulación biológica (directa o indirecta) de los fenómenos naturales de reparación inherentes al cuerpo humano.

Una opción habitualmente efectiva en artrosis leves o moderadas es la infiltración intraarticular de ácido hialurónico (viscosuplementación). Este compuesto lo encontramos de manera natural en el cartílago articular, siendo uno de los componentes mayoritarios de la matriz de este tejido. Es sintetizado por las células del cartílago (condrocitos), por lo que cuando hay daño en el tejido, la concentración de ácido hialurónico disminuye. Al ser incapaces de absorberlo por vía intestinal, con tal de obtener sus beneficios es necesario inyectarlo dentro de la articulación afectada.  El ácido hialurónico, entre muchos otros efectos, confiere al cartílago articular su consistencia viscoelástica (fundamental para su función) a la vez que promueve la síntesis endógena de más ácido hialurónico. El alivio de los síntomas suele durar de 6 a 12 meses desde la infiltración y suele ser  recomendable repetir el tratamiento cada 6 meses.

Otra vía de tratamiento vanguardista es la inyección de PRP autólogo (plasma rico en plaquetas) dentro de la articulación o en el hueso subcorndal debajo del defecto del cartílago (subcondroplastia). Esta técnica consiste en la obtención de plasma sanguíneo autólogo (del propio paciente) con elevada concentración de plaquetas, las cuales tienen un rol crucial en la reparación natural de tejidos mediante la liberación de factores de crecimiento. Recientes estudios sugieren que el uso de PRP en artrosis contribuye a la disminución del dolor y mejora en la movilidad a medio/largo plazo.  Aunque es un tratamiento seguro y aprobado por la FDA y la EMA todavía se encuentra en constante evolución e  investigación, lo que hace que los protocolos terapéuticos tengan cierto dinamismo. Aún así, cabe destacar que hemos obtenido resultados muy satisfactorios de la aplicación de PRP para tratar la sintomatología de la artrosis leve o moderada.

Siempre realizamos todos nuestros tratamientos con asistencia ecográfica para conseguir una mayor precisión en la infiltración y conseguir la máxima eficacia posible en la respuesta biológica.

Anterior
Anterior

Cirugía de músculos y tendones

Siguiente
Siguiente

Cirugía ecoguiada mínimamente invasiva